En un sector energético con altos riesgos, la gestión de los empleados con bajo rendimiento es fundamental para mantener la eficiencia operativa y alcanzar los objetivos estratégicos de tu empresa. Cuando los empleados tienen un rendimiento inferior, se puede alterar la producción y la moral, lo que es frustrante y perjudicial para el éxito empresarial y el mismo empleado.

En este artículo, identificaremos los signos de bajo rendimiento y proporcionaremos a los gerentes estrategias prácticas para abordarlos. Exploraremos métodos para mejorar el desempeño, enfatizaremos la importancia de la capacitación continua, discutiremos prácticas de gestión efectivas y destacaremos el papel fundamental del liderazgo proactivo para lograr el éxito organizacional.

Identificando del bajo rendimiento

Identificar el bajo rendimiento en el lugar de trabajo suele implicar el reconocimiento de dos tipos principales: comportamientos relacionados con las competencias y relacionados con la motivación.

El bajo rendimiento relacionado con las competencias a menudo se puede identificar a través de cambios de comportamiento o signos observables como el incumplimiento de los plazos, la disminución de la calidad del trabajo o los objetivos no alcanzados. Estos pueden indicar que los empleados carecen de las habilidades o conocimientos necesarios para realizar las tareas de manera efectiva.

El bajo rendimiento relacionado con la motivación, por otro lado, se manifiesta en cambios en el estado de ánimo, disminución de la motivación, retrasos frecuentes o ausencias repetidas. Estos comportamientos sugieren una falta de impulso o entusiasmo hacia las tareas laborales.

Al comprender estas distinciones, los gerentes pueden identificar mejor las causas fundamentales del bajo rendimiento y adaptar su enfoque para apoyar y abordar las necesidades de los miembros de su equipo de manera efectiva.

Estrategias para mejorar el bajo rendimiento

A continuación, ofrecemos algunas estrategias eficaces para mejorar el rendimiento de los empleados y abordar el bajo rendimiento en el lugar de trabajo:

Identifique la causa raíz. Es importante averiguar por qué un empleado tiene un rendimiento inferior. Puede ser cualquier cosa, desde necesitar más capacitación, lidiar con problemas personales o simplemente no saber qué se espera de ellos. Al llegar al fondo del asunto, puede adaptar su enfoque para abordar el problema de frente. A veces, el simple hecho de tener una conversación abierta y pedirle al empleado que reflexione sobre su desempeño puede revelar mucho sobre lo que realmente está sucediendo.

Retroalimentación y entrenamiento regulares.Cree un sistema de sesiones periódicas de retroalimentación y entrenamiento para proporcionar orientación y apoyo constructivos. Esto permite a los gerentes abordar los problemas de rendimiento con prontitud, ofrecer comentarios específicos y proporcionar los recursos o la capacitación necesarios para ayudar a los empleados a mejorar.

Rediseño de puestos de trabajo o ajuste de roles. Considere la posibilidad de que el problema no esté en el empleado, sino en la alineación entre sus habilidades y las demandas de su rol actual. Realice una revisión exhaustiva de las responsabilidades del trabajo en relación con las fortalezas e intereses del empleado. Al ajustar las tareas o trasladarlos a otro rol que se adapte mejor a sus habilidades, puede liberar todo su potencial, lo que lleva a un mejor rendimiento y una mayor satisfacción laboral.

Consejos y estrategias para gestionar a los empleados de bajo rendimiento. Fuente.

Soluciones de formación y desarrollo para empleados de bajo rendimiento

La capacitación es otra forma poderosa de mejorar las habilidades de los empleados y abordar de manera efectiva los desafíos de rendimiento. Proporcionar programas de capacitación adaptados a las necesidades de los empleados de bajo rendimiento puede ayudarlos a desarrollar las habilidades que necesitan para su crecimiento profesional. Al adoptar un enfoque positivo de estas oportunidades, las organizaciones pueden crear un entorno de apoyo en el que los empleados se sientan capacitados para crecer y prosperar, lo que conduce a un mejor rendimiento y éxito organizacional.

Gestión del rendimiento

Como parte del enfoque de gestión del desempeño de la organización, se implementan los Planes de Mejora del Desempeño (PIP) para los empleados que tienen dificultades para cumplir con las expectativas. Los PIP describen objetivos de rendimiento específicos, plazos y estrategias de apoyo. A través de un seguimiento regular, RRHH supervisa el progreso, proporciona comentarios y realiza los ajustes necesarios. Al priorizar la rendición de cuentas, la organización mitiga el riesgo de que los problemas de rendimiento se extiendan por toda la organización, lo que garantiza la eficacia y la productividad.

El papel del liderazgo en la gestión de los empleados de bajo rendimiento

En el proceso de abordar el bajo rendimiento, el liderazgo eficaz es crucial para gestionar a los empleados de bajo rendimiento. Los líderes marcan la pauta para la rendición de cuentas y la transparencia, y proporcionan orientación y recursos para mejorar.

Además, los líderes inspiran y motivan a sus equipos para superar los desafíos y alcanzar su máximo potencial. A través de su visión estratégica para el desarrollo de los empleados, los líderes inculcan un sentido de propósito y dirección. Crean un entorno de trabajo colaborativo y de apoyo en el que los empleados se sienten motivados para tener éxito y están dispuestos a hacer un esfuerzo adicional para alcanzar los objetivos de la organización.